¿A qué te vas a dedicar?

Una pregunta común pero que, la neta, dice mucho más de lo que se lee. Cuando nos arrojan una bomba de este tamaño, buscan que respondamos casi casi por inercia. Como si la respuesta fuera simple a los 16 años…

 

El saber a qué nos dedicaremos conlleva un proceso mental, personal y profesional amplio, haciendo que la decisión nos cause estrés y algo de miedo.

Todo esto, lo dominamos. Así que viene lo que realmente nos interesa: ¿Cómo respondemos a esto?

 

Primero que nada, no te asustes ni te enojes. Es común entre los adultos el saber a dónde van y por eso no hacen dicha pregunta con desdén. Incluso, muchos de ellos sufren de crisis de identidad porque no les gusta a lo que se están dedicando o, peor aún, no tienen idea de lo que quieren hacer con su vida.

Cuando alguien te aborde con esta pregunta, puedes responderle con un simple “seré lo que me haga triunfar”. Primero, les callas la bocota y segundo, te da la oportunidad de que la profesión que digas a continuación, la vean con respeto y tolerancia.

Ahora, no siempre podrás escudarte con esto. En algún momento deberá existir una decisión pura. Y para eso estoy acá, para apoyarte.

 

¿Cuáles son mis opciones?

Tendrás 2 principales: “las ingenierías” o “las licenciaturas”.

Para elegir una u otra deberás de fijarte en lo que te gusta pero también en lo que eres bueno.

Los gustos cambiarán de acuerdo a tu edad, tus hábitos, tus tendencias, tus ambiciones. Mientras que las áreas en las que eres bueno por lo general quedarán estáticas.

A mí me pasó. Me encanta ver la tele. Me sé todos los anuncios, los diálogos de películas, personifico voces y todos me decían que mi futuro estaba en la comunicación.

Pero mi “gusto culposo” son los números. Me encantan porque son los mismos aquí y en China.

El resultado: Soy mercadóloga pero me especialicé en estadística aplicada.

Hago lo que me gusta y en lo que soy buena.

 

¿Cómo sé si mis gustos cambiarán?

Da por hecho que lo harán. Pero también toma en cuenta que no cambiarás demasiado, es decir, puede ser que si te gusta toda la música, con el tiempo desarrolles gustos más específicos llegando a un instrumento en particular o un género definido.

Jamás digas que “no” a algo. Prueba todo porque, como mi mamá suele decir, en gustos se rompen géneros.

 

¿Y si me obligan a continuar con una tradición?

Aunque ya hay muy pocos casos, esta situación sigue existiendo.

Si tu bisabuelo, abuelo y padre fueron abogados y tu quieres ser ingeniero químico, responde una pregunta: ¿serás feliz haciendo todos los días eso?.

Si la respuesta es sí y, además de que eres bueno en ello, te gusta, entonces puedes tomarlo como una opción. Pero si te gusta y no eres bueno, o viceversa, no te engañes. La educación te será difícil e innecesariamente complicada.

Mejor sigue lo que te apasiona y demuéstrales que serás experto en tu área, feliz y exitoso.
Así que ya lo sabes. Antes de tomar una decisión o hacer una mala cara a esta pregunta, investiga tus opciones, reconoce tus gustos y educa tus habilidades.