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No Tires La Toalla

El lado bueno de los profes malos

Tamara de Anda 11 agosto, 2016 Tu vida en el Bachillerato
malprofe

Está bien: ninguno de tus profes se acerca siquiera a Severus Snape. Pero él es un ejemplo de que “las apariencias engañan”.

Todos conocemos esa sensación: te despiertas, te despabilas, te emocionas porque ese día presentas una tarea que te quedó increíble, te dan nervios porque vas a ver a la persona que te gusta, te da alegría que esa tarde tus amigos y tú tienen un plan muy divertido después de la hora de la salida… y de pronto, pum, te acuerdas de que te toca clase con el maestro que más odias.

La emoción desaparece, sientes las piernas pesadas, caminas como si llevaras tabiques en los bolsillos. El día se ve más gris. No quieres ir a la escuela que no y que no y que no y que no, no, no, no. Hasta consideras faltar ese día con cualquier pretexto: que si te duele la panza, que si hubo huelga de camioneros, que si perdiste las llaves y te quedaste encerrado en casa…

Los profes que más odias son una piedrita en el zapato. En el “mejor” de los casos su clase te aburre; en el peor, juega el papel de malo. Y en el peor de los peorsísimos, se la trae contra ti. Gulp.

La buena noticia es que el año o el semestre pasa más rápido de lo que crees y pronto esa clase tan pesada será sólo un recuerdo. La mejor es que incluso a ese rato aparentemente tan pesado le puedes sacar provecho… y hasta disfrutarlo.
¡¿Queeé?!

Ningún maestro es tan villano o tan plasta como para no sentirse apasionado por un tema. Quizá el plan de estudios no lo incluya como a él o ella le gustaría, y por eso tiene mala actitud. Tal vez su materia le encanta, hablar en público no es lo suyo.

Después de una clase, como quien no quiere la cosa, abórdalo y pregúntale qué estudió y en dónde, por qué eligió esa carrera, de qué fue su tesis. Si no sientes que la plática fluye, invéntale que es para una tarea de la clase de orientación vocacional… una mentirilla blanca no le hace daño a nadie, será nuestro secreto 😉

Pídele que te cuente más cosas: por qué ese asunto es importante, por qué todos deberíamos interesarnos, qué se ha descubierto sobre él en los últimos años. Dile que te recomiende libros, revistas, sitios de internet o hasta películas relacionadas. Pregúntale cómo se relaciona con la clase y si es posible que comparta un poco al respecto con el grupo. Todos podrían aprender algo nuevo.

No se trata de hacerle la barba, eso es otra cosa. Aquí la idea es descubrir al ser humano que hay detrás de ese personaje con el que no has logrado conectar. Un ser humano que a lo mejor se levanta cada mañana ilusionado y, pum, de pronto recuerda que le toca clase con ustedes y el día le parece más gris. Haz el intento de que salga el sol para todos.

(Perdón por lo cursi :p)

ACERCA DEL AUTOR

Tamara de Anda

Tamara nació en la Ciudad de México en 1983, cuando los taxis eran vochos amarillos y en vez de YouTube había una cosa llamada "televisión". Escribe en el periódico máspormás, tiene un blog en El Universal y es reportera del programa Itinerario de Canal Once. Estuvo a punto de no terminar la prepa por culpa de su materia más odiada: Educación Física. Cuando al fin lo logró, y como no sabía a qué quería dedicarse, estudió Ciencias de la Comunicación en la UNAM; supuso que esa carrera le daría chance de averiguarlo sobre la marcha. La verdad es que aún no está segura de qué quiere ser "de grande", pero se ha divertido mucho en el camino.