Dicen que querer es poder, y esto aplica muy bien para seguir estudiando; no se necesitan habilidades especiales, pero sí determinación.

Hay que dejar las cosas claras: estudiar es una actividad innata de los seres humanos, como comer, dormir, reír o enamorarse. Siempre estamos aprendiendo y la suma de esos aprendizajes son nuestra experiencia, lo que nos hace mejores trabajadores, o mejores personas con nuestras familias o nuestros amigos.

Entonces, es una mentira decir que uno no tiene las herramientas necesarias para estudiar. Sin embargo, a veces nos metemos en un barullo de pretextos que solamente sirven para sabotearnos. Acá te ponemos de ejemplo algunos, ¿con cuál te identificas?

Qué necesitas para seguir estudiando

1. “No me gusta la escuela”. Esta frase quizás la has repetido muchas veces para no continuar con tus estudios y salir del apuro rápidamente. Pero ahora pregúntate: ¿qué es lo que no te gusta de la escuela? Te aseguro que tiene solución. En la mayoría de las universidades podrás elegir el grupo y profesor con el que cursas materias. Además, todas las materias estarán relacionadas con tu carrera, y siempre hay una materia o una línea de pensamiento que atrae tu atención. Y todas esas las puedes conocer en un centro de enseñanza.
2. “No me alcanza el dinero”. A veces es difícil poder costear los estudios, sobre todo cuando se tienen responsabilidades económicas al interior de la familia. Pero no puedes permitir que el dinero sea el problema. Busca información relacionada con becas. Hay diversos tipos de apoyos que pueden ayudarte, desde económicamente, hasta con alimentos o transporte. Busca las becas disponibles que otorga tu universidad, la SEP o el gobierno de tu estado.
3. “No me da tiempo de estudiar”. La falta de tiempo suele ser resultado de una mala organización de las actividades diarias. Para resolver esta situación, sólo necesitas hacer un calendario de actividades que incluya todos tus deberes y el tiempo que destinarás a realizarlos. Por muy ocupado que estés, siempre puedes apartar dos horas diarias a revisar apuntes, hacer lecturas u otras actividades escolares. Por otro lado, si trabajas y no quieres dejar de hacerlo, revisa las ofertas de carreras profesionales en sistemas abierto y a distancia. Ambas modalidades te darán la libertad para avanzar a tu ritmo y tienen la misma validez que el sistema escolarizado.
4. “No se me da la escuela”/”Está muy difícil”. Quizá no seas el más listo de la clase, pero eso no significa que no puedas sacar adelante una materia o un tema de conocimiento. A fin de cuentas, no vas a la escuela porque ya lo sepas todo: a la escuela se va a aprender. Recuerda que todos tenemos tipos de inteligencias diferentes. Los psicólogos aseguran que hay ocho tipos distintos de inteligencia. Una de ellas es la tuya. Descúbrela, reconoce sus puntos fuertes, los vulnerables, y busca técnicas de estudio compatibles. Así lograrás estudiar y comprender los temas a tu manera.
5. “La escuela me queda muy lejos”. Perder más de tres horas diarias en transporte puede ser agotador. Si recorrer una distancia tan larga todos los días te resulta insoportable, revisa las modalidades a distancia y en línea. Mientras que en la primera asistirás de vez en cuando a la escuela, la modalidad en línea podrás cursarlas desde el lugar que tú quieras. En estos tiempos de recursos digitales y a distancia, la escuela siempre está al alcance de tus manos.
6. “Ya es muy tarde para que retome mis estudios”. Nunca es demasiado tarde. En realidad, en la universidad hay una multitud de personas de diferentes edades. Sí, el adolescente brillante que muy joven ya está cursando una licenciatura. Pero también personas de mediana edad y hasta de la tercera edad. Con ganas de aprender, con curiosidad por dominar una disciplina, las edades son lo de menos. Además, déjame contarte un secreto: con los años vividos en otros asuntos, la experiencia que has ganado te servirá para sacar materias e incluso añadirles algo de tu aprendizaje personal. Podrán integrarte en cualquier sistema (escolarizado, abierto o a distancia) y participar sin problemas. ¡No te desanimes, estás a tiempo!

Realmente no necesitas poderes de superhéroe para estudiar. Lo más importante para jalar los libros y acercarte a una escuela de educación superior es tener entusiasmo, tener curiosidad y tener perseverancia para alcanzar los retos. La universidad te abrirá muchas puertas que están al alcance de una decisión. Deja las dudas a un lado: para estudiar sólo falta tu entusiasmo y tus ganas de crecer y ser mejor.